Be water my friend

Creo que muchos de nosotros conocemos el famoso momento de Bruce Lee explicándonos cómo podemos adaptarnos a los problemas de la vida protagonizando el anuncio del modelo de coche BMW X3.

Las imágenes son extraídas de una entrevista concedida en televisión en la que recita una de sus frases más conocidas que resume gran parte de su filosofía vital. El copy está basado en las palabras de la cita de Lee en versión original:

<<Empty your mind, be formless. Shapeless, like water. If you put water into a cup, it becomes the cup. You put water into a bottle and it becomes the bottle. You put it in a teapot it becomes the teapot. Now, water can flow or it can crash. Be water my friend.>>

Aunque suena más experto en lengua extranjera, si lo traducimos al español vendría a significar lo siguiente:

<<Vacía tu mente, libérate de las formas, como el agua. Pon agua en una taza y será la taza. Pon agua en una botella y será la botella. Pon agua en una tetera y será la tetera. El agua puede fluir o puede golpear. Sé agua, amigo.>>

 

Y, sí, al traducirlo nos damos cuenta de lo mucho que se eleva el mensaje gracias a la presencia de un personaje de autoridad. El hecho es que la agencia ha obtenido geniales resultados para este spot de BMW, que nos acaba concluyendo que no te adaptes a la carreter sinó que sé la carretera, siguiendo así la linia del concepto que la marca ya despuntó hace unos años.

Cómo ha conseguido el éxito en este caso? Una posible respuesta sería la metafísica: alabar los beneficios del agua como elemento vital. Decir, por ejemplo, que no somos nada independientes del mundo que nos rodea; y que el agua es una metáfora de los pensamientos y opiniones los cuales son capaces de cambiar nuestro alrededor de una forma que no habíamos imaginado hasta el momento.

Aunque siempre podemos atribuirle una explicación desde la cosecha de nuestro sector publicitario. Bien es sabido que las citas intertextuales siempre se han caracterizado por poseer ese halo atrayente (al que tan frecuentemente recurrimos a falta de ideas): bien sea porque realmente han pasado a la historia por su trascendencia como porque han permanecido tanto tiempo entre nosotros que, finalmente, han pasado a ser trascendentes en nuestra mente.

O bien quizás la respuesta sea todo un misterio, como la mayoría de grandes reliquias de la publicidad donde conceptos se repiten pero no obtienen la misma magia. Llegado a este punto de dudas y diversas deducciones ya sólo me queda por decir, a modo de conclusión, la cita que otro viejo amigo ya nos apuntó en su día: sólo sé que no sé nada.

Amàlia-Blanca Plana Ruiz

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